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Desde el 2018, en la Argentina se evidencia un crecimiento de la flota circulante de autos electrificados. Acorde al último informe realizado por el Sistema de Información Online del Mercado Automotor de Argentina (SIOMAA), en 2023 se patentaron 9601 unidades con esta tecnología, un 21,3% más que en 2022.

Si bien son números pequeños en comparación a la venta general de vehículos (más de 440.000 unidades en 2023), su crecimiento marca el ritmo paulatino de la transición. Si bien falta para ver una plena circulación de electrificados, desde 2018 que la venta de autos con estas tecnologías viene en crecida.

Y si la lupa se pone en el tipo de motorización de cada uno, también se evidencia un incremento en los 100% eléctricos. La dificultad, sin embargo, es el costo económico de este segmento, pese a que existen incentivos fiscales para su compra y uso. Los BEV representan hoy el 3,9% del mercado de electrificados y para que eso aumente, es necesaria una mayor inversión en infraestructura.

En ese sentido, varias empresas comenzaron a apostar por la instalación de cargadores para autos eléctricos libres en todo el país, con especial foco en la Ciudad de Buenos Aires. Según comentan los especialistas, un auto 100% eléctrico es más eficiente en conducción urbana, donde la autonomía se puede aprovechar de mejor manera y en donde hay más infraestructura.

Las estimaciones indican que hay más de 100 cargadores disponibles en la capital, aunque no todos son de acceso público. En esa línea, empresas como YPF, que tiene instalados cuatro cargadores y está pronta a inaugurar uno de los más potentes del país, son las encargadas de generar esa infraestructura necesaria para que “se popularice” la movilidad eléctrica y su uso se masivice.

Claudio Damiano, investigador del Instituto del Transporte de la Universidad de San Martín, explicó que el porcentaje mayoritario de la carga de autos con esta tecnología se hace en las casas de los dueños. En cuanto a la carga pública, que tiene un costo de inversión bastante alto, su uso, en la actualidad, es significativamente menor. “El 80% de los autos eléctricos hoy se cargan en las casas. Son caros y dedicados a un segmento socioeconómico alto. A medida que se vayan popularizando, va a bajar el porcentaje de gente que lo cargue en su red doméstica y aumentando la carga en calle”, añadió. Y es para ese momento que el desarrollo de infraestructura debe estar en una etapa avanzada.

En el marco del Día de la Eficiencia Energética, que se celebra cada 5 de marzo, la empresa argentina Etia junto con el Hotel Hilton Buenos Aires inauguró un cargador de 22Kw en la entrada del hotel en Puerto Madero, el cual será “de cortesía para huéspedes y visitantes”. Ese se suma a los ya existentes de Axion, los instalados en supermercados y shoppings, el ultrarrápido que inauguró Audi junto a Siemens en el Audi Lounge en 2022 y los que Volvo y otras automotrices han instalado en distintas sedes.

Se calcula que cada instalación tiene un costo de US$50.000 como inversión inicial (tomando como referencia a uno de 50kw y variando según la potencia) y “hay que pagarle un costo fijo a Edesur o Edenor”, como comentó Damiano. A los ya mencionados, hay planes de instalar todavía más unidades e incluso estarían evaluando los gobiernos de la provincia y ciudad de Buenos Aires disponer de infraestructura propia.

Cargadores para autos eléctricos en la Ciudad de Buenos Aires

Pero pensando en una transición un tanto más avanzada es que surge el debate. Mientras Europa plantea el fin de la combustión tradicional para impulsar vehículos, en la Argentina quedó congelada la Ley de Electromovilidad, la cual, en una etapa inicial, proponía el 2046 como el año en el que se deberían dejar de producir vehículos nafteros o gasoleros.

Sin un punto de partida, el desarrollo actual sigue el ritmo del crecimiento paulatino de ventas y expertos analizan cuál sería el mejor segmento para pisar el acelerador de la transformación energética.

“Un cargador de una estación de servicio no tendría mucha clientela. En países como el nuestro, hay segmentos que podrían tener más incentivo, como colectivos, taxis y remises; vehículos que hacen mucho kilometraje y amortizarían más esta tecnología. Los colectivos se podrían recargar en su terminal, los taxis en las paradas y los remises en las casas. En la logística también habría un ahorro enorme si se aplicaran autos eléctricos”, desarrolló Damiano.

Lo que en movilidad eléctrica se denomina como “Fase 2″ (la primera es incentivo para la compra de unidades) en la Argentina está en plena vigencia. Se trata del desarrollo de estaciones de carga y electrificación de rutas, puntos en el que aparecen ejemplos como los antes mencionados y los planes de electrificar las rutas 2 y 9, como puntos de partida.

FUENTE: www.lanacion.com.ar

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